Wednesday, December 17, 2014

Epístola al Señor Duque de Frías con motivo de la muerte de su esposa (Francisco MARTÍNEZ DE LA ROSA)

Desde las tristes márgenes del Sena,
cubierto el cielo de apiñadas nubes,
de nieve el suelo, y de tristeza el alma,
salud te envía tu infeliz amigo,
a tí mas infeliz!...y ni le arredra
el temor de tocar la cruda llaga,
que aun brota sangre, y de mirar tus ojos
bañarse en nuevas lágrimas...¡Qué fuera
si no llorara el hombre?...Yo mil veces
he bendecido a Dios que nos dio el llanto
para aliviar el corazón, cual vemos
calmar la lluvia al mar tempestuoso.
Llora pues, llora: otros amigos fieles,
de mas saber y de mayor ventura,
de la estoica virtud en tus oidos
harán sonar la voz: yo que en el mundo
del cáliz de amargura una vez y otra
apuré hasta las heces, no hallé nunca
más alivio al dolor que el dolor mismo; [...]

¿Lo creerás, caro amigo?...Llega un tiempo
en que gastados del dolor los filos,
ese afán, esa angustia, esa congoja,
truécanse al fín en plácida tristeza;
y en ella absorto, embebecida el alma,
repliégase en si misma silenciosa,
y ni la dicha ni el placer envidia. [...]



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