MACBETH
¡Curadla!
¿Acaso no podéis curar a un espíritu enfermo,
arrancar de su memoria un dolor arraigado,
borrar el pesar escrito en su cerebro,
y con algún dulce antídoto, que permita olvidar,
liberar su agobiado pecho de todo el veneno
que le oprime el corazón?
Laura Milà
ReplyDelete3º Humanidades